Vuelve Più di Prima ‘como antes, más que antes’

El guiño a la canción de Tony Dallara era casi obligatorio… Muchos de vosotros conoceréis ya el buen hacer del restaurante Piú Di Prima, ahora este italiano de renombre vuelve a las andadas con un aire renovado y en otra ubicación, en el Paseo del Pintor Rosales, 30. Según nos ha comentado Teresa Santillana, propietaria del establecimiento, los clientes de siempre se desplazan hasta el Parque del Oeste, para seguir saboreando los clásicos de la carta y además, los nuevos vecinos han acogido muy positivamente la llegada del italiano al barrio.

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En su propuesta gastronómica encontramos muchos de los platos típicos de la antigua carta y algunos nuevos, con precios más competitivos. En cuanto a la decoración, nos recibe con una gran barra ideal para tomar el Spritz, que aquí elaboran con prosecco, como tiene que ser; y dos divertidos sofás que se ubican en la entrada, para que podamos que podamos disfrutar de la sobremesa o estemos más a gusto mientras esperamos nuestro turno para comer.

Tras la barra, se ubican dos salones repletos de luz natural y que pueden reservarse como espacios privados. La planta inferior dispone de barra propia, un pequeño escenario con rider técnico y aseos privados y representa una muy buena opción para celebrar todo tipo de eventos.

La pasta, elaborada diariamente a mano con harina italiana para que mantenga el sabor y textura exacta, es una de las grandes protagonistas de su oferta. El plato estrella de la casa – en carta desde 2003 – es sin duda, raviolone Piú di Prima con parmigiano, spinaci e tourlo d´uovo al burro e salvia. Como curiosidad, esta receta se remonta al 1500 y por aquel entonces se consideraba un producto de lujo, ya que lleva huevo y parmesano, de hecho, se elaboró por primera vez para la boda de un duque.

Los risottos son otros de los hits de Piú di Prima, nosotros degustamos Mi risotto con tomate cherry y picantón en dos cocciones (entre los mejores risotti del mundo, según la 8ª edición de la Guía Gallo) y nos gustó mucho. Para más señas, El chef Stefano Franzín es Premio Internacional de Risotto, además de haber trabajado en varios restaurantes con estrella Michelin.

En el apartado de los Antipasti, te recomendamos saborear la burrata della puglia con rúcula, tomates secos y cherry y rúcula (completan la preparación del plato en mesa, añadiendo pimienta negra y/o aceite de oliva virgen extra a tu gusto); y el vitello tonnato, unas finas láminas de ternera recubiertas de una salsa ligera de atún y alcaparras.

A la hora del postre, el tiramisù classico di venezia con gocce di cioccolato de amaretto es unos de los must de este lugar. Si no eres muy de tiramisù, puedes optar por la tarta fina de manzana con helado de vainilla.

Para maridar, puedes escoger uno de los grandes clásicos de la tradición vitivinícola italiana, como un Montepulciano d’Abbruzzo, un Prosecco, un Moscato, un Chianti, un Brunello di Montalcino, un Barolo, un Amarone o un Barbera d’Asti, entre otros. Encontrarás vinos para todos los presupuestos, cada uno con su ficha de cata. Además, se trata de una carta dinámica, ya que un enólogo italiano cada dos meses va implementando algunas novedades, tras recorrer las diferentes pequeñas bodegas del territorio italiano.

Si prefieres no tomar vino, puedes pedir la célebre agua San Pellegrino y si eres amante de la grappa, estás de enhorabuena, ya que disponen de una del contadino, bastante buena.

Abierto de 13:30 a 16:30 horas y de 20:30 a 00 de lunes a domingo (cierra el lunes por la noche), cuenta con ticket medio de 25 euros.

Fotos de Bárbara Ferrer