Martín Tostón: oda al picoteo 

Seas amante del tardeo, del aperitivo o del picoteo más castizo, esta nueva dirección promete convertirse en tu próxima parada gastronómica. Un homenaje a la hostelería madrileña más clásica que recupera el espíritu de los antiguos colmados, fusionando tradición, producto y sofisticación en un mismo espacio.

Puedes elegir sentarte en la barra, al puro estilo castizo o en las mesas altas, y si prefieres algo más de intimidad, puedes optar por las mesas bajas de la planta inferior. Estés donde estés, podrás comprobar como el aperitivo recupera su lugar de honor. Su ensaladilla rusa es de las que dejan huella: cremosa, bien ligada y con el punto justo de sabor que recuerda a las casas de toda la vida. A su lado, los torreznos —crujientes, dorados y sin exceso de grasa— y el plato de puerros confitados con salsa de espárrago, sutil y elegante, marcan el equilibrio entre lo castizo y lo contemporáneo.

Entre los imprescindibles de la carta, también destaca el brioche de carrillera ibérica, una versión refinada y golosa de un clásico de cuchara, ideal para compartir (o no). Y para cerrar, la torrija con helado: pura nostalgia reinterpretada con técnica y mimo, de esas que justifican una visita por sí sola.

El encanto de esta nueva apertura no termina en la mesa. Tanto si te gusta algo que has probado como si te has quedado con las ganas por comer algo… Su mostrador, de aire tradicional, invita a llevarse a casa parte de la experiencia: vinos seleccionados, chacinas, laterío y productos delicatessen perfectos para montar un aperitivo de nivel sin salir del salón.

Con un horario ininterrumpido y una carta pensada para disfrutar a cualquier hora, este lugar se perfila como el nuevo punto de encuentro del barrio de Salamanca. Un sitio donde lo clásico no pasa de moda… simplemente evoluciona.