Viaje a la época colonial
Si bien es cierto que viajar es una de mis pasiones, cuando decidí crear esta categoría, fue sobre todo, para rendir homenaje a una ciudad y a su gente: a San Cristóbal de La Laguna, conocida popularmente como La Laguna, y a todos los que me acompañaron en ese viaje.
El casco histórico de la ciudad fue declarado Bien Cultural Patrimonio de la Humanidad por la Unesco el 2 de diciembre de 1999. Esta declaración se debió en gran parte a su constitución como primera ciudad de paz (sin murallas) y a que conserva prácticamente intacto su trazado original del siglo XV.
Una buena opción a la hora de elegir alojamiento es el hotel Nivaria, donde podemos respirar ese aire colonial, ya que se trata de una preciosa casa del siglo XVI bien restaurada. La habitación business es todo un acierto, para relajarse al final del día en su bañera hidromasaje.
Un servicio muy atento y una cuidada selección de las materias primas – el restaurante adquiere sólo productos de agricultura biológica – complementan la estancia de la mejor forma posible.
Para tapear, dos propuestas a pocos pasos del hotel, ubicado en en la plaza principal de La Laguna: las tascas La Venta de la Esquina y La Cirila.
La primera, que aún conserva el antiguo mostrador de la tienda, es una parada obligatoria para probar las papas arrugas con mojo picón, uno de los platos típicos de Tenerife.
El aislamiento geográfico de las islas Canarias, lugar por el que penetró la patata hacia Europa, ha convertido a este archipiélago en la única zona europea donde hoy pueden encontrase papas andinas. Entre ellas están las papas negras yema de huevo, amarillas por dentro y fáciles de pelar, con las que se elabora la famosa receta.
Para conocer de primera mano el prestigio de los quesos canarios, como el queso palmero o el de La Gomera, os aconsejo pedir una tabla de quesos en La Cirila.
Seguimos este viaje por la cocina canaria en el restaurante Casa Lala, regentado por el el chef Antonio Aguiar. En este característico lugar, situado en Puerto de la Cruz (Tenerife), podemos probar unas deliciosas costillas con papas y piñas de millo. Un plato relativamente moderno en la tradición culinaria canaria, que pero cuenta con un éxito popular extraordinario.
Para regar semejantes exquisiteces, ¡qué mejor que un vino de Tenerife! Nos dirigimos hasta Bodegas Monje, en El Sauzal.
Además de catas y visitas guiadas, esta bodega dispone de El Club del Vino, un lugar para disfrutar de nuestros vinos en compañía de clientes, amigos o familiares, que ofrece la opción de alquilar unas mini bodegas, para guardar y madurar nuestros vinos en unas condiciones naturales. Sin duda, una iniciativa original y muy práctica.
En Bodegas Monje se respira la magia del vino, pero también la del arte, en El Espacio Cultural Monje. En el subterráneo de la bodega, junto con la sala de barricas, donde maduran los vinos de crianza, podemos disfrutar de teatro, música, danza, performance, arte…
Rodeados de viñedos y con una fantástica panorámica del norte de Tenerife, nos despedimos de La Laguna, pero sólo hasta la próxima visita!!!
Me gusta mucho Morena. Veo que te lo pasaste bien, jejej. Me alegro mucho. Habrá que repetir. Besos y mucha suerte con tu blob
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Gracias Sergio. Pues sí, a pesar del mucho curro me lo pasé muy bien!!! Hay que repetir!! Un saludo, Morena
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