Cuando el marketing tiene muy mal gusto

Soy de los que creen que se puede bromear con todo, si se hace con inteligencia. Y en esto, Roberto Benigni nos dio una lección magistral con La Vida es Bella. Pero, llevo un tiempo preguntándome ¿Por qué razón un emprendedor español decide llamar a su negocio La Mafia se sienta a la mesa?

Probablemente ese crack del marketing desconozca que está pensando en lucrarse utilizando el nombre de una de las organizaciones de crimen organizado más grandes del mundo. Probablemente desconozca que hay miles de muertos –civiles, escoltas, jueces, policías, niños – y familias destrozadas en nombre de la mafia. Probablemente desconozca que hoy en día hay gente que vive con miedo, debido a extorsiones o amenazas por parte de la mafia. Probablemente desconozca que ciertos silencios y actitudes mafiosas son de lo más deplorable y no tienen ningún atractivo. Es más, considerar todo ello cool o algo parecido me parece muy peligroso.

El Padrino o Los Soprano quizás hayan contribuido a crear esa alona de fascinación alrededor de la mafia. Pero, una cosa es el cine y crear historias inolvidables, otra cosa es hacer marketing barato.

Desconozco cómo es la comida en La Mafia se sienta a la mesa, aunque me gustaría saber qué es una auténtica comida mafiosa, tal y como anuncian en su web.

Y las alusiones siguen con frases como Don Vito Corleone acaba de incorporar una familia más al mando de la Cosa Nostra o Como buenos mafiosos pensamos que la familia es lo más importante.

Justo en estos días se habla de quitar del mercado un videojuego en el que el protagonista puede actuar como un terrorista de ETA, y con razón, porque puede llegar a herir la sensibilidad de las víctimas.

Con este post sólo quiero rendir justicia, de alguna forma, a todas las personas afectadas por esa lacra que es la mafia, a las que no les gustaría saber que hay una franquicia de restaurantes que frivoliza con todo ello. Y quiero sugerir la película Gomorra a todos los creen que los mafiosos son gente sofisticada o algo por el estilo.

Los mafiosos son un puñado de macarras, cuyo prestigio está basado en el miedo. Así que, si La Mafia se sienta a vuestra mesa, me temo que no os acompañaré.

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