Hemos vuelto a los restaurantes
Sí, la nueva normalidad es tan peculiar que un titular como ese, en un blog de planes y gastronomía, cobra sentido. Y sí, hemos tenido que ponernos las mascarillas y hacer malabares para conseguir una mesa, pero hay algo que no ha cambiado, y que incluso ha ido aumentado a medida de que se iba alargando el confinamiento: nuestras ganas de disfrutar. Te llevamos por una pequeña rutita de restaurantes a los que merece la pena volver.
Jugar a ser cocinillas ha estado muy bien y pedir comida a domicilio también, pero no hay nada como estar sentado cómodamente en una mesa de un restaurante y que te vayan sirviendo los platos icónicos de un chef de altura, como Abraham García, en su punto óptimo. Así, hemos vuelo a Viridiana para volver a saborear los huevos con trufa, los míticos caracoles ‘a la llanura’ con hierbas pirenaicas y aliloli de salicornia, el foie levemente ahumado con chutney, el gazpacho de fresones con jamón ibérico, las lentejas al curry suave con langostinos y un toque de sobrasada balear, los canelones de pato azulón gratinados o las albóndigas de bonito al cilantro.
Con terraza y una oferta de cocina tradicional mexicana, Tepic representa uno de los firmes candidatos a ser uno de los primeros restaurantes a los que hay que volver. En su carta estival encontramos por un lado, los clásicos como los tacos de pastor (con carne de cerdo adobada y cocinada en un tradicional ‘trompo’), de tinga de pollo (guiso tradicional de pollo con un toque de chile chipotle) y el guacamole acompañado de totopos y por el otro, algunas novedades como los tacos de Baja California, a base de pescado, muy tradicionales en las playas de México o los tlacollo de chorizo. Si no concibes terminar una velada sin postre, te recomendamos pedir el pastel 3 leches y para maridar el banquete, cómo no, un Margarita Frozen.
Es probable que durante el confinamiento hayas cocinado más de una paella y hayas presumido de los resultados, pero ¿qué tal si te tomas un descanso y pruebas una de las mejores de Madrid? Estamos hablando de las de José Luis García Berlanga, todo “un referente en arroces, un punto de encuentro familiar después del paseo de rigor por el Retiro”. También con terraza, este restaurante propone una docena de opciones: negro, a banda, al horno (con blanquet, embutido valenciano tradicional), del senyoret, de salmonetes y ajos tiernos, con bogavante o con carabineros, de verduras, de puerros y rape y de espinacas y gambón, la clásica valenciana y de entre todos, destaca el rossejat Berlanga, un potente y sabroso arroz elaborado con el caldo y las carnes del cocido y sus garbanzos. En la elaboración de esta especialidad se emplean dos variedades de arroz, albufera y sendra, cultivadas en el parque natural de la Albufera por la quinta generación de una familia de agricultores locales.
En nuestra vuelta a los restaurantes no podíamos no volver a un italiano y hemos elegido dos. El primero de ellos es Fratelli Figurato, donde hemos saboreado su novedad ‘postpandémica’: los fratellini, “burgers della nonna italiana”. Como expertos en masa y panificación, los sirven en pan casero –además de muy crujiente–; y la hamburguesa también está elaborada a mano por los hermanos Figurato. Cada Fratellino se inspira en una receta tradicional de las abuelas italianas y, por eso, cada burger lleva el nombre de una de ellas. ¿Nuestras favoritas? Nonna Angela (salsiccia napolitana, friarelli napolitanos – grelos napolitanos – provola ahumada) y Nonna Cata (hamburguesa de de cerdo y ternera, mortadella a la plancha, pesto casero genovese, burrata de Puglia, tomates secos).
El otro italiano al que hemos vuelto es Forte Pizza Bar. Ofrecen una selección de 18 pizzas individuales- también hay opción para veganos y vegetarianos-, así como algunos antipasti clásicos, entre los que destacan, la burrata y la caponata, acompañados de focaccia, y cómo no las pastas; te sugerimos pedir la carbonara y la lasaña de carne. No dejes de pedir un postre, lo bordan con la tarta caprese, la pannacotta o el tiramisú; y para maridar puedes optar por su amplia propuestas de vinos italianos o cervezas artesanales, también del país transalpino.
Si algún día tienes el síndrome de la cabaña y te apetece pedir comida en casa, que no se te olvide regar tus platos con un buen vino. Te señalamos los de la nueva añada de Vendimia Seleccionada de la bodega Castelo de Medina, una gama que engloba un Verdejo y un Sauvignon Blanc. Dos blancos, dos ruedas, con ese sabor a primavera que nos hemos perdido pero que estamos volviendo a recuperar poco a poco.