Shangrila o cómo comer auténticos platos chinos al lado de Gran Vía
Es el dilema de siempre: nos encanta probar platos exóticos, pero ¿cuánto hay de auténtico en las recetas de otros países que solemos comer? Lo más probable es que la mayoría de ellas estén adaptadas al paladar local. Sin embargo, algunos locales optan por ofrecer sus especialidades elaboradas de la forma más purista y tradicional. Es este el caso de Shangrila.
Esta nueva apertura se ubica en el mismo espacio que el primer restaurante chino que abrió en Madrid en 1963 y de idéntico nombre. El secreto de su éxito es muy sencillo: auténtica comida tradicional china, a pocos metros de Gran Vía y con una decoración agradable de toques exóticos y tropicales. Guiños que observarás también en su vajilla, ¡no podrás resistirte en fotografiarla!




En la carta encontramos algunas recetas con un toque personal, como los tallarines chinos con salsa de la casa, que es uno de los platos que elabora la abuela de uno de los propietarios, al igual que la sopa de tallarines caseros o el dim sum triangular de fécula de patata relleno de carne. Todas, propuestas de la región de Qingtian, famosa por sus campos de arroz con peces.
A parte de los dimsum (que también sirven en formato sopa), la carta ofrece una gran variedad de salteados: de pollo, ternera, gambas, todos con verduras del país, como loto, espárragos, col y berenjena chinas…; así como sopas y tallarines en multitud de variantes.
Si te encanta el picante, no te pierdas las sartenes de pollo, ternera, gambas o calamares con verduras.
Si te gusta El Buda Feliz, Shangrila Dimsum Bar tardará muy poco en conquistarte, ya que ambos proyectos comparten el mismo grupo empresarial y tienen como objetivo principal el de dar a conocer mejor al público occidental la diversidad de la riqueza culinaria china.