Moemia, la última propuesta de los creadores de Latasia para viajar con el paladar

El barrio de Campo de las Naciones cuenta con este nuevo vecino desde hace algunos meses. Se trata del último proyecto de los dueños de Latasia y Taramara. Y al igual que sus hermanos menores, esta neotaberna está obsesionada con la fusión y el ´hecho en casa’, ya que más del 90 por ciento de las preparaciones, como salsas y masas, se prepara íntegramente en cocina.

Moemia nos recibe con un interiorismo rompedor en el que destacan las ilustraciones del artista Tato Repetto quien se ha inspirado en el mundo del arte urbano, eso sí, sin olvidar el alma castiza de esta nueva apertura. De hecho, entre todos los grafitis, sobresale el mural inspirado en Las Meninas de Velázquez, con una infanta Margarita llena de color y con un puntito cañero que se ha convertido en imagen de marca del local.

Volviendo al alma castiza del restaurante, cabe destacar algunas de sus recetas icónicas versionadas, como las bravas de siempre que se tornan en crujientes gofres con tres cocciones —la patata se prepara al vapor y la masa, además de pasar por la gofrera, se fríe— coronados con salsa brava con un toque de chipotle y un alioli de ajo asado; las empanadillas, en las que el tradicional relleno de pisto y atún le cede al paso a uno a base de guiso casero de ají de gallina —clásico de Perú con el que hacen un guiño a la pepitoria—, acompañado de cebolla encurtida y mayonesa de aceituna negra; el torrezno coreano —con un glaseado con salsa barbacoa de inspiración asiática—; la versión del lobster roll servido sobre un esponjoso pan de brioche de los cocineros y dueños Roberto y Sergio, quienes han cambiado la langosta por cigalas en tempura con mayonesa de kimchi, espolvoreada con ito togarashi (filamentos de guindilla coreana) ; la causa limeña —con pulpo y chipirón frito crujiente—; o el tiradito de salmón
—curado en casa— con leche de tigre de maracuyá, hoisin de frutos rojos y plátano frito.

Los golosos tenéis que probar la sorprendente versión del Bollycao, un esponjoso panecillo que se sirve con cremoso de chocolate. Otras sugerencias dulces son la tarta de queso, que preparan con un queso que traen de Cáceres, o la sopa cítrica. Completan la experiencia varios fuera de carta, una buena carta de vinos en la que el protagonismo lo tienen las bodegas de pequeños productores y una lista de cócteles entre clásicos e inspiraciones viajeras.

Con un ticket medio de 30 euros, dispone de terraza y abre de martes a jueves, de 13:00 a 00:00 h; viernes, sábados y vísperas de festivo, de 13:00 a 01:00 h, y domingos y festivos, de 13:00 a 16:30 h. Horario de cocina para comidas: martes a viernes, de 13.00 h a 16.00 h y sábados, domingos y festivos, de 13.00 h a 16:30 h. Cenas, de martes a jueves, de 20.00 h a 23.00 h y viernes, sábados y vísperas de festivos, de 20.00 h a 23.30 h. Cierra domingos por la noche, lunes y festivos.

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