Boccondivino o cómo comerte la Italia más gastronómica de Norte a Sur
Hablar de Booccondivino no es hablar de un italiano cualquiera, sino de un restaurante especializado en cocina transalpina, de norte a sur, de altura -elaborada con chup-chup y mucha paciencia-, con una bodega cuidadosamente configurada y con unos precios contenidos (ticket medio 60 euros).





El alma mater del local es Ignazio Deias, el chef y propietario, quien aporta su punto de vista muy libre y personal, con respecto a la carta pero también en relación con el servicio. “Pese a sus costes, nunca dejaré de poner manteles en las mesas”, nos confiesa orgulloso, mientras nos canta sus sugerencias.
Y así, cómodamente sentados en los sillones de terciopelo rojo y con las mesas elegantemente engalanadas, si bien nos dejamos asesorar, echamos un ojo al menú. Encontramos recetas de toda la bota y de sus islas, con un enfoque muy casero y esencial, “como la cocina que se hace en casa, en la que preferimos quitar lo que sobre antes de añadir de más”, precisa Ignazio. Salvo la pasta seca, se elabora todo en casa, desde las masas y las pastas rellenas hasta los postres.
Entre los grandes protagonistas de la carta, destacan la trufa blanca (de octubre a enero) procedente de Alba y de los Apeninos boloñeses o la vaca fassone piamontesa, una raza autóctona con una carne exquisita. Entre los entrantes, el guiso ligero de sepia con guisantes, típico de Cerdeña, los sicilianos arancini con ragú de ternera o la ensalada de conejo confitado, receta propia del Piamonte.
De entre los primeros platos, recomendamos que no te pierdas las linguine con crema de alcachofas y huevas de mújol y de entre los segundos, la ternera con vino tinto y pimienta negra. En su carta de postres, vemos grandes clásicos dulces italianos, como el tiramisú, el Panettone a la plancha acompañado de crema (disponible durante todo el año, se lo trae una pastelería de confianza a diario) o la tarta di rose, un bollo de origen lombardo formado por varias espirales dulces que se asemejan a rosas.
Para maridar, nos proponen más de 800 referencias,100 % italianas —salvo los champagnes, obviamente franceses—. Entre ellas, D.O. itálicas de excepcional calidad, como Barolo, Barbaresco, Amarone della Valpolicella o Brunello di Montalcino; una selección de supertoscanos (Super Tuscans), que se salen de las directrices de las D.O. (en la que la uva predominante es la sangiovese) y que cuentan con un creciente número de seguidores; o vinos de pequeños productores (fundamentalmente del sur y de Cerdeña).
Abre de 13.30 a 16.00 h y de 20.00 a 23.30 h; cierra domingo noche y lunes. Próximamente, abrirá dos terrazas, totalmente acondicionadas para su uso durante todo el año. Lo mejor que puedas hacer para vivir la experiencia Boccondivino es ponerse en las manos de Ignazio y de su equipo tanto para disfrutar de un menú a tu gusto como para dejarte sorprender, confiando en lo que Ignazio crea más oportuno.