Arte para ver, tocar, comer, oler, escuchar y pensar: Cildo Meireles
Este autor no hace obras para museos, más bien, los espacios que acogen sus obras están diseñados para ellas. Por lo que, el Museo Reina Sofía no podría haber elegido un lugar mejor que el Palacio de Velázquez (Parque del Retiro) para contener piezas de tal envergadura espacial —debido a las espectaculares dimensiones y las temáticas tratadas, que van desde la expansión del capitalismo en el ámbito internacional, hasta la cultura de los indios brasileños en el Amazonas -.
En palabras de João Fernandes, comisario de la muestra y subdirector de Conservación, Investigación y Difusión del Museo Reina Sofía, el creador brasileño “amplía la experiencia humana del mundo, a partir de su obra”. El arte llega a ser así, un utensilio que nos invita a pensar y extiende nuestra práctica sensorial del arte, más allá de la visión.
Meireles hace uso crítico de sistemas ideológicos y económicos como base de una permanente interpretación crítica, empleando la metáfora y la alegoría. En la instalación Abajur, inédita hasta el momento en Europa, por ejemplo, se representa una alegoría en contra de la esclavitud. Es una lámpara gigante, con imágenes del mar y de veleros, que se enciende gracias a la fuerza de cuatro personas que, dando vueltas de manera permanente sobre un mismo eje, consiguen que la lámpara se ilumine en períodos de quince minutos, entre las 12:00 y las 16:00 horas, y entre las 17:00 y las 21 horas.
Dentro de los cien trabajos expuestos, encontramos Olvido, que reproduce una tienda típica de los indios americanos, realizada con 6.000 billetes de diferentes países de América colocados sobre miles de tibias de buey. Todo esto se presenta dentro de un círculo cuyo perímetro está compuesto por 70.000 velas. Y Marulho, donde podemos contemplarse desde una enorme plataforma elevada de madera un “océano” hecho de miles de libros de tonalidades azules. ¡Mantened atentos los oídos! Se puede escuchar de forma repetida la palabra mar y el sonido de olas.
Amerikkka se presenta por primera vez a nivel mundial y también nos invita a ser parte activa de ella. Quitaos los zapatos y empezad a andar sobre ese suelo compuesto por 20.000 huevos de madera. Hemos de admitir que la experiencia es un tanto incómoda. Levantad la cabeza, en el inmenso techo aparecen incrustadas 50.000 balas doradas.
En El Projeto Coca-Cola, el autor actuó sobre esta bebida, símbolo de los States, escribiendo frases como «Yankees Go Home», y luego volvió a poner las botellas en circulación. Fue una de las formas con las que el artista protestó en contra del endurecimiento de la dictadura militar brasileña a principios de la década de los setenta.
¿Qué tal una percepción gustativa combinada con sensaciones térmicas? Nos dirigimos al área donde se sitúa Entrevendo, un gran tubo de madera, calentado por el aire que desprende un ventilador. Un congelador cercano, nos ofrece hielos en forma de espiral (dulces) y de “S” (salado), que tenemos que degustar mientras caminamos en su interior, al calor del tubo.
Entre las instalaciones sonoras, destacamos Rio/oir, situada al comienzo del recorrido. Aquí los sonidos de todos los ríos de Brasil materializan la ambigüedad de la palabra Rio (el río/escuchar).
Forman parte de la retrospectiva también conjuntos de dibujos de proyectos que aquí se presentan, revelando así la precisión del proceso creativo de Meireles, uno de los artistas contemporáneos más reconocidos, Premio Velázquez de Artes Plásticas 2008 y protagonista de numerosas e importantes exposiciones internacionales, en la Bienal de Venecia o en São Paulo.
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