‘Bodegas Martúe’, enoturismo hogareño

Martúe. Así llaman cariñosamente a Marta Rodríguez en casa y así decidió llamar su marido, Fausto González, la bodega familiar en la localidad toledana de La Guardia, a 80 km de Madrid. Un lugar en el que la atmosfera familiar y hogareña nos envuelve por completo.

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Nos recibe un camino franqueado de cipreses, que nos guía hasta una coqueta casa de estilo solariego, sí, como las de las películas. Allí Marta Rodríguez, su hermano Julián o su hijo Manuel nos dan la bienvenida a y nos acompañan en una visita de una hora y media, donde podemos conocer a fondo cómo se elabora uno de los pocos Vinos de Pago del país.

La calificación de Vinos de Pago es el máximo reconocimiento que contempla la legislación española, por lo que respecta la calidad y singularidad del vino y del terruño, por encima de la Denominación de Origen. En España solo la ostentan nueve bodegas.

De hecho, los vinos Martúe, Martúe Especial (que solo se elabora cuando la añada es excepcional), los monovarietales Martúe Syrah y el blanco fermentado en barrica Martúe Chardonnay son productos con mucha personalidad y complejidad.

Sin embargo, las catas comentadas que se ofrecen en esta escapada enoturística, alrededor de unos acogedores sofás y de la chimenea, son muy amenas y consiguen que todos entendamos lo que estamos bebiendo. Se rigen por un principio básico de toda la vida: ‘si un vino te gusta es bueno’. No hay sabelotodo, no oirás vuelos pindáricos sobre las búsquedas de aromas…

O mejor dicho, depende de ti. Si eres un profesional del sector y quieres dar rienda suelta a toda tu sabiduría, también puedes. Aquí estás como en el salón de tu casa.

La cata de los vinos – elaborados bajo la asesoría del prestigioso enólogo Ignacio de Miguel – se acompaña de un picoteo con quesos, chacinas de la zona y productos de la huerta de la misma finca.

Fieles a la filosofía ‘a tu aire’, los gerentes de la bodega nos dejan elegir si queremos hacer un paseo por sus viñedos – plantados de Tempranillo, Cabernet, Sauvignon, Petit Verdot, Merlot, Syrah y Chardonnay – y/o por la zona de producción.

Te recomendamos que no te pierdas el paseo por el viñedo si es un día despejado, ya que se puede divisar la Sierra de Madrid, los Montes de Toledo y el Castillo de Peñas Negras.

Sin duda, el plato fuerte de la visita es el almuerzo casero (opcional y para grupos de entre ocho y diez personas). Marta ha cuidado hasta el mínimo detalle la decoración de la mesa, las vajillas, las paredes… De estilo provenzal, con toques étnicos y rústicos y mucho buen gusto. El menú, maridado con los vinos Martúe, consta de una sopa (fría o caliente, dependiendo de la temporada), un plato principal y un postre. También puedes pedir cocido o un menú personalizado.

Si te gusta lo que pruebas, puedes pasarte por la tienda donde se ofrecen todos los productos de la Familia Martúe: sus vinos de La Guardia, los vinos y aceites de oliva virgen que elaboran el Douro portugués bajo la marca Seis Quintas y los vinos blancos de Viñedos de Nieva en Rueda.

La propuesta completa vale 50 euros (mínimo 8 personas), mientras que, la visita al viñedo, bodega y cata de vinos (sin comida) vale sólo 10 euros (sin mínimo de asistentes). Es disponible de lunes a sábado y nos aconsejan llamar con 2 o tres días de antelación, incluso dos semanas antes, si pensamos ir durante el fin de semana.

Las visitas se realizan también en inglés.

La celebración del IV Centenario de la muerte de El Greco en Toledo puede ser una muy buena excusa para acercarse a Bodegas Martúe. Otro buen momento para ir puede ser la vendimia (septiembre) ¿alguien se apunta?

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