‘Feelgood’: a malos tiempos, buen teatro
La historia de Feelgood empieza en 2010 durante la producción de Todos eran mis hijos con Alberto Castrillo Ferrer, Fran Perea, Manuela Velasco, Jorge Bosch, Ainhoa Santamaría y Amanda Recacha. Todos intuyeron, prácticamente desde los ensayos, que aquel grupo de profesionales, cada uno de un lugar y escuela distinta, parecía haberse juntado para durar en el tiempo.
Al grupo se unieron Javier Márquez y Jorge Usón y después de meses de trabajo, pusieron en pie su adaptación de la obra de Alistair Beaton, gracias a una producción conjunta entre los actores y Producciones OFF.Feelgood ganó el Premio Evening Standard a la Mejor Comedia en 2001 y, desde entonces, ha cosechado diferentes éxitos por el mundo. En ella se cuentan las horas previas a la intervención del Presidente del Gobierno ante el Congreso de su partido. Por el medio, acusaciones de censura a la libertad de expresión por parte de miembros del partido, protestas ciudadanas… La trama toma un giro inesperado al descubrirse cierto secreto que afecta al propio Presidente.
El texto relata el poder como fin en sí mismo, en las relaciones de pareja, en las relaciones de trabajo, en el control de las masas, sobre las leyes y la democracia… En definitiva, poder jugar a ser dios. No es nada gratuito que el tema principal del congreso sean los alimentos transgénicos, «el milagro moderno de los panes y los peces», dirá en un momento Edu, en su identificación con el todopoderoso
Feelgood utiliza el humor para invitarnos a reflexionar. “Algunos opinan que el humor es el arma más mortal que existe”, dice uno de los personajes…
No se específica a qué movimiento pertenezca el Presidente de Gobierno en cuestión. Y poco importa. Aparentemente, la ideología de todos es la misma.
Este montaje es el claro ejemplo de seis actores que no esperan a que les llamen para trabajar, sino que crean su propio espectáculo. “Sabemos que corren tiempos difíciles, pero no por ello hay que dejar de luchar por seguir haciendo aquello a lo que creemos que podemos sumar nuestro conocimiento, nuestra experiencia y nuestro amor y respeto”, afirma Alberto Castrillo Ferrer.
“Somos conscientes de que hay algo interesante que contar y de que podemos contarlo bien… Queremos seguir haciendo teatro. Queremos que la gente siga acudiendo al teatro. Queremos aportar nuestro grano de arena”, añade Ferrer. Sin duda, un buen empuje para todos los que lo estamos pasando mal en todos y cada de uno de los sectores profesionales más vilipendiados por la crisis.
Este agosto 2014, la compañía tiene un reto: llenar el Infanta, ¿le ayudas?
Salvando las distancias, en el periodismo tampoco estamos pasando por un buen momento. Pero nada y nadie nos quitarán las ganas de seguir contando historias allá donde estemos.
Fotos de Bárbara Ferrer
Quizás os interese también:
Teatro en serie trasforma la Trastienda en ‘La casa de huéspedes’
‘Toc toc’, la obra más longeva de la cartelera madrileña
‘La cena de los idiotas’ en el Teatro Rialto
Nunca una mudanza fue tan divertida
Ricci/Forte: «Cuando el sol de la cultura está muy bajo, los enanos parecen gigantes»
Ara Malikian para niños y mayores
‘Los miércoles no existen’ en el Teatro Lara
Alessandro Bergonzoni visita Madrid para ir más allá de las «habituales sensibilidades italianas»
Maria Grazia Schiavo: «el Arte salva el alma y ayuda a los pueblos a crecer»
¡Ya está aquí nuestra guía de terrazas 2014!
Roberto Scandiuzzi, el ‘bajo noble’ del panorama operístico actual
Moreno Pigoni: de vocación titiritero
¿Quién dijo que en verano no hay markets?
Terrazas para todos los gustos
Apartosuites Jardines de Sabatini, algo que nos gustaría mantener en secreto
De paseo por el Mercado de San Fernando con Ariadna Gaya
Los 26 imprescindibles del terraceo madrileño
Las Terrazas del Thyssen, para comer con arte
La terraza de San Antón, mi plan A del verano
‘Café Colón’ llega pisando fuerte
‘Juanyta me mata’, otra buena razón para pasar el verano en Madrid
¿Operación bikini? ¡Apúntate al All Branch!
El Mercado de San Ildefonso, el ‘street market food’ de Fuencarral
‘Tacatá’, una buena razón para acercarse a Pozuelo
‘La Musa de La Latina’: tapas, ping pong y futbolín
‘Taxi a Manhattan’, ¿te subes?
‘Más que pintxos’, para toda la familia
‘Flash Flash Madrid’ le da la vuelta a las tortillas
‘Seven and six’, el gastrobar de Pintor Rosales
‘La Posada de El Chaflán, una casa de huéspedes del siglo XXI
Pingback: Bitacoras.com