‘Trattoría Manzoni’, el italiano que te recomendaría un italiano
Trattoría Manzoni (Bretón de los Herreros, 13) se encuentra en la que los italianos que vivimos en Madrid llamamos la Little Italy, en los alrededores de las calles Rios Rosas y Santa Engracia, no muy lejos de la Escuela Italiana y el Consulado Italiano. El área de por sí es una garantía de que estamos delante de un restaurante italiano tradicional con cocina 100% casera, ya que el público que acude a los establecimientos de esa zona es, por la mayoría, de origen italiano. Y a los italianos muy difícilmente nos la juegan cuando hablamos de nuestra comida.
Trattoría Manzoni es el nuevo proyecto de los artífices de Don Lisander, en Infanta Mercedes, Gonzalo Ruiz Vernacci y Stefano Carta. Sus puntos fuertes son elaboraciones sencillas, productos de calidad, vinos cuidadosamente escogidos y precios comedidos.
De su decoración destacamos las dos mesas altas, sobradamente amplias y muy confortables, situadas en una suerte de reservado, ideales tanto para reuniones de trabajo como para encuentros íntimos y privados entre amigos. Además, el ambiente insonorizado hará el resto para que nada estropee el almuerzo o la velada.
Al mando de los fogones (y compartiendo también la propiedad) está el chef Nacho Gil, que trabajó en las Paninotecas de Sergi Arola, y en el propio Don Lisander, entre otros.
Nacho elabora también propuestas fuera de carta. Sobresalen las recetas de setas silvestres o tomates San Marsano en otoño, los mejillones de roca a la napolitana o con salsa de gorgonzola en verano y dos platos que se han convertido casi en imprescindibles de la carta: la porqueta -lomo de cerdo asado en el horno de leña- y los espaguetis al carttocio, con gamba roja, cigala, cangrejos de río y fondo de chipirón que se terminan en el horno y se presentan en papel de plata.
Sin duda, la estrella del local son sus pizzas caseras, de forma ovalada, perfecta cocción y una masa finísima, crujiente y de digestión ligera que consiguen “utilizando poca levadura” y tras 48 horas de fermentación previa. La fórmula de la masa es la misma de la de Don Lisander, un secreto custodiado celosamente que apenas el propio Gil conoce, ya que le llega ya preparada desde el otro establecimiento.
Las hay clásicas, como la Napolitana, la Cuatro Estaciones o la Margarita, cuya bondad sencilla nos fascina. Entre las originales composiciones de propio cuño, os aconsejamos probar la de queso de cabra, bacon y cebolla caramelizada o la de camembert con aceite de trufa blanca, huevos de codorniz y patatas chips hechas en casa (buenísima). 26 variedades que podemos combinar en una misma pizza de mitad y mitad.
Otro must de esta trattoria son sus pastas, frescas, artesanas y absolutamente al dente, que se presentan en recetas tradicionales -como los espaguetis a la auténtica Carbonara– o en propuestas de autor como los cuadretti rellenos de solomillo y cubiertos con una salsa de parmesano de 18 meses de curación. Si eres más de risottos, aquí utilizan una variedad de arroz de grano medio originario del norte de Italia, toda una garantía de calidad.
Quesos, embutidos y harina también proceden de Italia, mientras que muchas de las verduras, como los calabacines o el tomate con que hacen la base de las pizzas, las cultivan en un huerto propio ubicado a las afueras de Madrid.
Como todo italiano que se precie encontramos en su menú la burrata aliñada en casa, las berenjenas a la parmigiana, el tiramisú, una buena oferta de digestivos italianos entre limoncello, grappa y mirto (un licor a base de endrinas típico de Cerdeña), el Spritz (elaborado con verdadero Prosecco), y unas 60 referencias de vinos, algunos de ellos servidos por copas. El 70% son vinos italianos, con representación de todas las zonas productoras del país transalpino.
Como guiño a la cocina española, Nacho ha diseñado un apartado dedicado a los huevos con propuestas como la focaccia con huevo, crema ligera de patata, trufa y boletus. Además, el 25% de la carta de vinos lo copan referencias españolas. Completan la bodega una pequeña selección de champagnes, vinos de Ródano y Burdeos, Riesling y Gewürztraminer alemanes.
Mención aparte se merece su café ristretto, digno de ese nombre. Perla rara en Madrid, todo hay que decirlo.
Trattoría Manzoni cierra los lunes y domingo por la noche y tiene un precio medio de 25 euros.
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