‘Maru’, el coreano de Gran Vía

febrero 6, 2015

El restaurante Maru (salón o sala de estar en coreano) se trasladó hace dos años desde Tetuán, donde sus incondicionales lo conocían como Maru sushi bar, a la calle de la Reina 37, en pleno centro de Madrid. No le dio miedo compartir acera con un histórico local de paella, que lleva 25 años en la ciudad y la suerte quiso que en esa misma acera se instalara Yakitoro, el nuevo restaurante de Chicote.

Aún así, sus clientes (la mayoría coreanos) no tienen dudas, abren convencidos la puerta del n.37. Es por la autenticidad de la comida. Aquí no hay fusiones. Y si te despistas puedes acabar pidiendo un plato que supera tu umbral del picante. El cocinero y dueño, Kim, asegura haberlo rebajado al gusto local, pero no está demás preguntar a los camareros, siempre y cuando no eres amante de la cocina picante.

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A Maru no vas por su decoración, no. Sus paredes están vestidas con tejas y cuadros con motivos andaluces. En uno de ellos podemos divisar la Alhambra y hemos querido pensar que es el guiño cariñoso de Kim hacia España.

A Maru vas porque puedes elegir entre muchos y muy variados platos típicos coreanos, como las barbacoas, que las preparas tú en las mismas mesas, a tu gusto. Je yuk bo kum (panceta de cerdo salteada con o sin guindilla y verduras) o Bulgogi Tokpok (ternera marinada con salsa de soja dulce) son algunas de las que encontramos en la amplia carta, pero las hay también de pollo o solomillo.

Para hacer más amena la espera, suelen ofrecer unos aperitivos. El día de nuestra visita nos sirvieron Kimchi (ensalada de col china fermentada con salsa de guindilla), una ensaladita de soja y otras de pepino y judías verdes finas. Te recomendamos pedir la cerveza Hite, para que la experiencia sea 100% coreana.

Quizás no todos sepáis que también en Corea del Sur es muy común comer algo parecido al sushi japonés, sólo que tiene otro nombre. Por ejemplo, los makis (futomakis en la carta) ellos los llaman Kimbab y los Uramaki los llaman Nude Kimbab. En Maru, las raciones de ‘sushi’ llevan muchas piezas y son enormes.

¿Qué más podemos degustar? Tempuras, Shabu shabu (que también se elabora en la misma mesa), tallarines, caldos, arroces o las mandu gyoza (empanadillas de cerdo con cebolla, zanahoria y calabacín).

Para poner fin al banquete, lo más común es tomar un té. Nos quedamos algo sorprendidos cuando vimos que en vez del té de bolsa de toda la vida, nos trajeron un té líquido con miel (bastante dulce), que se mezcla con agua caliente. Kim nos cuenta que se lo envían desde Corea y que allí es muy normal beberlo. Quizás sea lo único que no nos ha convencido de Maru. Somos bastante puristas del té y nos gusta a granel o de bolsa como mucho.

Abierto de lunes a sábado de 13 a 16 horas y de 20 a 23:30 horas, este coreano de Gran Vía dispone también de menú del día por 11,95 euros, que incluye bebida y postre. Puedes escoger dos platos entre 12 (ensaladas, arroces, sopa, makis, tallarines, tempuras, tortilla de verduras, fritura de pollo con salsa roja).

Su precio medio es entre 20 y 25 euros. Si quieres sentarte en la mesa para hacer la barbacoa o el shabu shabu, te recomendamos que avises antes de ir, ya que no todas las mesas están equipadas para ello.

Todos conocemos el chino de Plaza de España, frecuentado mayoritariamente por chinos y al que no vas precisamente porque es bonito. Se come bien y es lo que cuenta. Algo nos dice que Maru se convertirá en breve en el coreano de Gran Vía.

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